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28-11-2016

Reformas eficientes para vivir mejor

Reformas eficientes para vivir mejor
Pese a todo más del 80% de los inmuebles existentes se mantienen entre las letras “E” y “G”, según los últimos datos del Ministerio de Industria. Y, lo que es peor, solo unas 3.000 fincas han pasado el examen con la nota más alta. No es poca cosa, considerando que el parque residencial es responsable del 17% del consumo final de energía, de acuerdo con el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE). Jordi Bolea, gerente de la Fundación La Casa que Ahorra, explica que estas calificaciones tan bajas se deben a que se edificó sin preocuparse por la eficiencia energética durante mucho tiempo. “Antes no se pensaba ni en ahorrar, ni en contaminar menos”, apunta. En la segunda mitad de los 2000, cuando los legisladores tuvieron que abrir los ojos y poner el problema encima de la mesa, el daño estaba hecho: la casi totalidad del parque de viviendas ya había sido construido. Pero no está todo perdido: aprovechar una reforma para aumentar la eficiencia o realizar mejoras puntuales pueden suponer un salto de calidad, tanto para el bolsillo como para nuestro estilo de vida. “Aunque no parezca, la vivienda es un elemento muy sofisticado y nadie nos explica cómo utilizarlo”, sentencia Bolea, quien garantiza que se puede alcanzar un ahorro energético superior al 60% tras la rehabilitación y en función de las características de la casa. Pero, ¿por dónde se empieza?.
Los elementos que habitualmente deben intervenirse son las instalaciones térmicas, la envolvente del edificio, las ventanas, balcones, lucernarios y los puentes térmicos, aquellas zonas donde cambia la uniformidad de la construcción y que causa pérdidas de calor. 
Ventanas, paredes, techos y suelos. Humedades y tuberías. Aire acondicionado, caldera y radiadores. 
Todo empieza por un hábito de cambio, lo primero que hay que hacer para mejorar la eficiencia energética de la vivienda es una auditoria de nuestros usos y costumbres. 

FUENTE: Elpais.com